domingo, 21 de febrero de 2016

Umberto Eco

Pero, ¿por qué el hecho de haber comprendido 
no me tranquiliza? ¿Por qué amar al Hado si
es tan mortífero como la Providencia o la
Conjura de los Arcontes? quizá aún no lo he
comprendido todo, me falta un espacio, un intervalo. 
¿Dónde he leído que en el momento final, 
cuando la vida, superficie sobre superficie,
está cubierta por una costra de experiencia, 
sabemos todo, el secreto, el poder y la gloria,
por qué hemos nacido, por qué estamos muriendo,
y que todo podría haber sido distinto? Somos sabios.
 Pero la mayor sabiduría, en ese momento,
 consiste en saber que lo hemos sabido
demasiado tarde. Comprendemos todo
cuando ya no hay nada que comprender.
Ahora sé cuál es la Ley del Reino, de la
pobre, desesperada, desharrapada Malkut en que ha
ido a exiliarse la Sabiduría, buscando a tientas
su lucidez perdida. La verdad de Malkut, la
única verdad que brilla en la noche de las sefirot,
 consiste en que la Sabiduría descubre su
desnudez en Malkut, y descubre
que su misterio consiste en no ser,
aunque sólo sea por un momento, que es el último.
 Después vuelven a empezar los Otros.
Y con ellos, los diabólicos, que buscan abismos
capaces de esconder el secreto que es su locura.

EL PÉNDULO DE FOUCAULT.... UMBERTO ECO.

domingo, 14 de febrero de 2016


Es el mejor regalo que podemos tener los  que estamos enamorados de nuestro planeta TIERRA.